Un abogado es un profesional del derecho que puede ser útil a muchas personas. Desgraciadamente, es común y casi natural encontrarse con personas que se encuentran en situaciones que requieren la intervención de este profesional pero no lo saben. Este artículo ha sido escrito para explicar las situaciones en las que llamar a un abogado será la mejor solución.
El abogado como asesor jurídico
Puede ser aconsejable acudir a un abogado para conocer las soluciones que tiene a su disposición cuando se vea envuelto en un litigio. Este profesional está en condiciones de prestar eficazmente este tipo de servicio a sus clientes y ayudarles en el proceso. Así, dependiendo de la situación, puede recomendar a su cliente que opte por un acuerdo amistoso para evitar un juicio que puede ser largo y costoso.
Además, el abogado también es útil para una persona privada de libertad. Así, puede representarlo, ser designado para defender los derechos e intereses de éste e incluso tener acceso a su expediente judicial. También tiene derecho a aconsejar a su cliente sobre la necesidad de guardar silencio para no decir nada que pueda poner en peligro su libertad.
El abogado como representante ante determinadas jurisdicciones
En Francia, hay dos órdenes de jurisdicción: el orden judicial, que incluye los tribunales civiles y penales, y el orden administrativo, que incluye los tribunales administrativos. Y para cada una de estas órdenes, hay varios niveles de jurisdicción. Así, cuando una persona interpone una acción judicial, está llamada a presentar el asunto ante el tribunal competente. Primero debe actuar ante un tribunal de primer grado.
Si la resolución dictada no satisface a una de las partes implicadas y es posible recurrirla, ésta puede interponer un recurso ante el tribunal de segundo grado y luego ante el de tercer grado si una de las partes sigue sin estar satisfecha. Dependiendo del tribunal elegido, puede ser necesario contratar a un abogado para que intervenga en su nombre. Por ejemplo, no se puede presentar un recurso ante un tribunal de apelación si el litigante no está acompañado por su abogado. El embargo de un tribunal administrativo también requiere la intervención de este profesional del derecho.